El fanatismo es lo que mantiene vivo a los deportes, a todos los deportes.
Nadie en este mundo vería un partido de league of legends profesional, una ronda de Valorant, ni una partida de futbol o basquetbol si dichas partidas no generaran en nosotros sentimientos y emociones, son las emociones las que generan interacciones y le dan sentido a la competencia, incluso entre los competidores, seguimos jugando lol después de años por el motivo inherente de que cada vez que el nexo se rompe y aparece el letrero de victoria, provoca una sensación dentro de nosotros que nos invade y nos motiva a darle otra partida.
Estamos inmersos en el torneo deportivo más importante del año para los fanáticos de league, entre los cuales me incluyo y por primera vez tuvimos la oportunidad de vivir al menos una parte del mismo en nuestro país, sin embargo, todo este evento, los jugadores, las marcas y las luces carecen de todo sentido si olvidamos del elemento más importante de cualquier deporte. La comunidad.
Tuve la oportunidad de vivir los play in del mundial, primero en el estadio y luego en un evento de comunidad de Pepsi, en ambos el pase increíble. Sin embargo, cuando pude ir al evento de comunidad tuve la oportunidad de volver a sentirme como en el 2014, cuando comenzaba mi carrera y participaba en los primeros eventos presenciales en los que tuve la oportunidad de asistir.
Me siento como en las primeras fiestas en donde la temática principal era el hecho de que todos amábamos un videojuego, repetir la sensación de conocer nuevas personas y conectar con ellas de inmediato porque ambos estamos gritándole a una pantalla en donde están pasando nuestro juego favorito. No cabe duda de que como diría mi amigo Rouben Master (en alguna de estas fiestas de 2015) los que hacemos esports lo hacemos por amor al after.
Y el amor al after no tiene que ver con excesos, no tiene que ver con alcohol ni siquiera tiene que ver con la fiesta, el amor al after en esports tiene que ver con las personas que conoces en los eventos, con la gente que comparte esa pasión contigo, de la comunidad que se forma en aquellas noches, después de los partidos, en las que jugadores, espectadores, streamers y fanáticos son todos iguales y disfrutan tiempo con sus amigos.
Agradezco a la vida el que la pandemia haya retrocedido, y aunque aún tenemos que cuidarnos, podemos vivir otra vez partidos y eventos presenciales, podemos gritar hasta que nuestros pulmones lo recientan, podemos apoyar, podamos llorar y saber, que, en el fondo, todo esto tiene sentido.
Entre las personas que pude ver el primer día del play in, me encontré a los papas de Grell, grandes personas que tuve la oportunidad de conocer algunos años atrás y tuve la oportunidad de salir a compartir con ellos un cigarrillo, no recordaba la pasión que emana en sus ojos cuando hablan de su hijo y del juego que habían visto ese día. Carajo, eso son los esports, eso es league of legends.
Ningún deporte vive sin pasión, la pasión que nos transmite league en momentos como el mundial, aún no he encontrado ningún otro deporte que me lo transmita, porque sé que cuando el mundial comienza, tengo la oportunidad perfecta para mandar un mensaje a las personas que he encontrado en este camino y decirles “ey, quieres venir a ver la partida a mi casa” y que ese será el pretexto perfecto para compartir tiempo con esa comunidad.