La industria de los videojuegos como cualquier otra industria es una lucha constante para saber quién es el más codicioso y el que más técnicas sucias lograra implementar para generar la mayor cantidad de riqueza sin importar cual es la calidad de los productos que ofrecen.
En los últimos años la desconformidad de los usuarios ha sido cada vez más constante y más notoria. Aunque ciertamente siempre habrá una confrontación entre las personas que exigen un mejor producto a cambio de su valioso dinero y las que simplemente se conforman e incluso defienden los malos hábitos de las compañías con el banal fin de no tragarse su orgullo en pos de la calidad de sus productos favoritos.
En relación a lo anterior, este 24 de enero se estrenó para la consola PlayStation 5, Forspoken. Un título anunciado con bombo y platillo desde hace varios años ya y que prometía traer de vuelta al juego a Square Enix al mercado occidental.
A decir verdad, Forspoken no es un título injugable o completamente nefasto, sin embargo, la mayoría de los usuarios señala haberse sentido decepcionado del mismo al no ser la nueva IP revolucionaria que prometía.
En contraposición, al día siguiente, el 25 de enero fue anunciado un nuevo título para el ecosistema Xbox de la mano de Tango Gameworks que es una filial de Bethesda. El juego llevaría por nombre Hi-Fi Rush y para sorpresa de muchos seria lanzado exactamente el mismo día de su anuncio.
A pesar de que pareciese una propuesta arriesgada y hasta cierto punto incluso desesperada por parte de Xbox, creo que muy pocos se esperarían la fantástica aventura que nos entregaría el estudio Tango de manera tan sorpresiva.
Calificado por muchos el primer candidato al GOTY de este año, este título devasto la atención que Forspoken debería haber tenido pues una serie de factores ayudaron a que esta nueva IP tuviera un estreno impecable a pesar de su salida repentina.
El hecho de que cualquier persona que dispusiera de una suscripción al programa de Game Pass pudiese probar el juego completamente gratis es un movimiento nunca antes visto hasta ahora en la industria de los videojuegos que no sabremos si se volverá a repetir.
Pero el tema que nos reúne no es el hecho de que Hi-Fi Rush sea un fenómeno inexplicable e irrepetible. Si no, que es un gran juego que se aparta mucho de lo que Tango Gameworks había hecho hasta el momento. Juegos como The Evil Within o el hecho de que el director sea el mismo creador de la franquicia de Resident Evil nos saca un poco de onda de lo que paso adentro de Tango como para aventarse a crear una obra del estilo de Hi-Fi Rush.
Mucho se habla en redes de que probablemente esto se deba a la libertad creativa que probablemente se le fue dada a los desarrolladores. Y es que al jugar este juego rítmico puedes darte cuenta que está hecho con amor y con entusiasmo, lo que caracteriza a una buena obra de arte que su autor se esmera en conseguir el mejor resultado final.
En un paralelo muy distante se encuentra Forsaken que pareciese un juego sin alma, con una comedia básica y que causa hasta pena ajena. Un título que simplemente este hecho a fuerzas con el único fin de exprimirle dinero a los usuarios de PlayStation, aunque bueno, con los precios que maneja la consola, sus pobres consumidores ya deben estar acostumbrados.
En conclusión, debemos aceptar que la industria cada vez más exige a los desarrolladores sacar títulos a por mayor sin importar la calidad, quizá por esto los juegos que salen se vuelven más genéricos y menos memorables. Nuestro deber como consumidores es exigirle a la gente que tiene el poder de parar de forzar juegos sin alma solo para ganar dinero.
¿Cómo hacemos esto? La respuesta es muy sencilla, dejar de consumir productos mediocres o malos como Forsaken y apoyar ideas creativas como Hi-Fi Rush claro está, sin llegar a un punto extremo religioso como algunos fans hacen. Está en nuestras manos, pero principalmente en nuestra cartera, lograr un cambio significativo en la industria.