Mis queridos lectores, hace un año empecé a escribir columnas de manera independiente, a lo mucho creo que me leían dos personas, pero no estoy seguro de que fueran tantas.
Como sea, pero me gusta contar algunas cosas y sobre todo me gusta que les guste a ustedes lo que escribo. Quizá sea algo bueno, quizá no, pero disfruto mucho escribirles. Ahora con su permiso, me permito salirme un poco de los esports, pero cambio por un tema que muchos nos podemos relacionar.
El día de hoy 14 de febrero se festeja a un hombre llamadosé Valentín que se atrevió en los tiempos del emperador romano Claudio II a casar a soldados. Esto porque según el emperador los soldados jóvenes y solteros eran los mejores en el campo de batalla. Valentín hacía las bodas hasta que el emperador lo descubre y lo manda ejecutar.
También en esta fecha ocurrió una masacre a manos de los hombres del mafioso estadounidense Al Capone. Un 14 de febrero de 1929 en plena época de la prohibición del alcohol en EE.UU. 8 hombres murieron a manos de unos “policías”.
En fin, les doy el contexto de este día por mera cultura general, porque esta columna trata un poco sobre mí. Y es que nunca he festejado un 14 de febrero al lado de alguien: a mis 23 años he estado soltero todas estas veces.
Es más, mis habilidades para ligar son tan malas que puedo recordar con temor de equivocarme por un día, la fecha de mi primer beso: un 4 o 5 de diciembre del 2013. Lo sé porque recuerdo la muerte de Mandela.
Obvio recuerdo mi primer rechazo y todos y cada uno de los que le siguieron conforme pasaba mi etapa de estudiante.
Rechazo tras rechazo me fui encerrando en mi “desolación” y me lamentaba sin hacer nada para cambiarlo, pero según yo estaba enojado con el mundo, con el universo o con lo que fuera. Era más fácil quejarme y quedarme leyendo como Harry, Ron y Hermione derrotaban a Lord Voldemort por quinta vez. O como Luke Skywalker descubría que su padre era Vader. O cuando Lucy y sus hermanos cruzaban a Narnia. En fin, era más fácil encerrarme que realmente recapacitar mi falta de acción en este tema.
Porque como diría Joaquín Sabina en “Lo niego todo”:
Si es para hacerme daño
sé lo que me conviene
he defraudado a todos
empezando por mí
En este tiempo de “desolación” mis amigos comenzaban a salir con sus parejas y yo siempre era el mal tercio junto con algún otro pobre incauto o con mi grupo más cercano de amigos que estaba en la misma situación (diría Don Juan Gabriel en “Yo no nací para amar” o John Meyer en “Perfectly lonely”).
Sé que alguno de ustedes se ha de haber sentido identificado en alguna de las cosas que escribí y permítanme decirles que no están solos, aunque no lo parezca hay gente que está igual, mayores y menores que ustedes.
Les cuento algo tan personal, para darles un consejo: No, no es culpa de alguien si están solteros, nadie nos debe nada a nadie, nadie está obligado a querernos y nosotros tampoco estamos obligados a querer a alguien, pero nadie nos dice estas cosas y terminamos con muy malos pensamientos.
Citando a mi querida Janis Ian en su mejor canción “At seventeen”:
The valentines I never knew
The Friday night charades of youth
Were spent on one more beautiful
At seventeen I learned the truth
Por desgracia el tiempo ya no vuelve y todos esos escenarios que siempre azotan mi mente antes de dormir, no se van a hacer realidad. Tampoco el “hubiera” existe, lo pasado pasado y no hay nada que pueda hacer para cambiarlo.
Ayer lo más seguro es que haya visto varias películas románticas -realmente las veo todo el año- porque me gusta ver una historia que no me ha pasado. Vivir algo que no he vivido a través de un actor. Y aunque sé que nunca seré Adam en “No strings attached” o Griffin en “The last summer” y mucho menos Edward en “Pretty woman”. Ah, claro, sin poder aún ver las escenas de los besos.
Este día la voy a pasar encerrado en mi cuarto por tener covid, pero, aunque no me hubiera enfermado, haría lo mismo. No hay planes para la noche, no hay cenas en lugares bonitos. Solo yo, mi Xbox, algún libro y LoL.
Los dejo con un tweet que amo de Clayton Raines que amé el año pasado y describe perfectamente lo que dije en esta columna:
Feliz día mis queridos lectores, mejores tiempos han de venir.